Sábado por la tarde

Mi forma de caminar varía en cada ocasión, depende de los zapatos que lleve y/o de mis estados de ánimo, en ocasiones parece que fuera de puntillas, otras veces es un paso grave, otras piso pero estoy distraída, y en algunas me contoneo más. También varía el lugar en el que esté. Ayer en el trabajo por ejemplo, me levanté de mi escritorio para ir al baño, y noté con sorpresa que en ese sitio me encuentro más segura al caminar, como cuando me siento guapa y voy a bailar salsa o cuando sé que estoy siendo observada por alguien a quien le caigo bien o le gusto. Incide también la energía que te aporta la gente… no entendí entonces el porqué de esa sensación en el trabajo puesto que acabo de llegar y creo que allí cada quien va a lo suyo. Sigo sin entenderlo ahora, aunque también es cierto que estas son mis percepciones, porque realmente no sé si otras personas se fijan en esas cosas.

A mí me resulta interesante mirar el caminar de la gente, me fijo intuitivamente en ello. Hace poco conocí a alguien que otras personas califican de huraña y antipática. Hemos hablado un poco, pero en principio no me causa rechazo, aunque sí es cierto que le percibo distante. Me he puesto a observarle y no sé si detrás de esa supuesta antipatía hay alguien sinceramente asocial, que no quiere establecer relaciones personales porque no le gusta la gente, o es alguien tan tímido que tiene problemas para establecer conexiones.

El caso es que tengo esa percepción con esta persona porque entre otras cosas, camina jorobado, de forma huidiza, y cuando se para tiene muy mala postura (una C cuando lo miras de perfil). Es lo fascinante del lenguaje del cuerpo, aunque sea una neófita en el tema. Hace dos días en la oficina llegó el jefe jefazo, procedente de París, hizo una reunión para todos los empleados… en francés (y yo qué pinto ahí???), como no entiendo ni jota me puse a pensar en mis cosas y luego a observarlo:  al ser una empresa tan joven y en el sector de internet el ambiente que impera es rollito cool, entonces los puestos jerárquicos son cercanos; este chico también practica esa intención, pero al no entenderle lo que hablaba me fijaba en su lenguaje corporal, y a mí me decía «quiero que vaya todo bien, me siento bien aquí, pero soy un poco cortado y esto me intimida un poco». Que por qué percibí eso??? brazos cruzados mientras hablaba y piernas semiabiertas apoyando el peso completamente en una de ellas, cuando abría los brazos entonces eran las piernas las que cruzaba como haciendo un nudo, miraba en uno o dos puntos solamente aunque estaba rodeado de un numeroso grupo de gente. En fin, que el tío podrá ser un crack en negocios informáticos, pero de desenvolvimiento  en público no tiene ni idea, o por lo menos eso era lo que me decía su cuerpo.

Y a todas estas, yo para qué estoy escribiendo sobre esto?? ah! porque son cosas que he pensado otras veces, pero de manera aislada, y hoy es sábado por la tarde, y no tengo mucho qué hacer porque no tengo un duro, y decidí que en vez de estar preocupada en casa mejor salía a caminar, y me dio por observar y pensar todo esto…. vi gente paseando de sábadoporlatarde; también me encontré una humareda en una esquina, y en eso llegaba el camión de bomberos, y resulta que se estaba incendiando… un contenedor de basura. Y se bajaron cinco hombres (5!!) para abrir el fulano contenedor y echarle agua. No podían apagarlo los vecinos y no tener que hacerles dar la carrera a esos muchachos para esa nimiedad?????. Luego pasé por una cafetería muy chula, con fotos en todas las paredes de la Barcelona de principios del siglo XX, y regentada por un asiático. Me resultó exótica la combinación y entré. Me encantó el sitio. Allí me pedí un café que estaba buenísimo y empecé a escribir estas líneas.