El ascensor

Sábado 23 de junio, día de San Juan.

Voy al super a comprar unas cosillas. Salgo del piso. Cierro la puerta. Mmmmmmm hoy tengo valor, pienso. Piso el botón. Escucho el familiar ruido. Llega el ascensor a mi planta. Entro como siempre que entro, sin pensarlo mucho, marco B de bajo. Se cierran las puertas plegables internas y yo me dedico a mirarme las ojeras en el espejo  como siempre para no mirar a los lados. Pasan unos segundos y siento que no arranca a bajar. Miro a mi derecha donde está la puerta que da al tercer piso (a la izquierda está la puerta de salida en el bajo) y resulta que no se han cerrado del todo y por eso no arranca.

Me empieza a entrar el calor y pienso durante un segundo en tratar de abrirlas con las manos para salir de ahí cuanto antes. Pero entonces decido volver a pisar B. El ascensor arranca a bajar.

Me vuelvo a dedicar a verme las ojeras. Pero dos, tres segundos después  siento que el ascensor se está deteniendo, y algo no me cuadra: el trayecto ha sido demasiado corto, más corto de lo habitual.

Miro a mi izquierda a través de las ventanillas de las puertas internas para ver si he llegado al bajo. Pared blanca.

Miro a mi derecha ya con el calor en el cuerpo. El ascensor se está deteniendo.A través de la ventana compruebo que se ha quedado parado entre dos plantas…. SOY CLAUSTROFÓBICA.

Me entra mucho calor. Empiezo a llorar. Pulso el botón de alarma compulsivamente. Empiezo a gritar desaforadamente, -ayúdenme por Dios que soy claustrofóbica!!-. Le doy golpes a la puerta. Lloro como si el mundo se acabara. Respiro entrecortadamente. Sigo gritando. -Auxilio!!!-. Pienso en llamar a mis compañeros de piso pero escucho voces, de un chico y una señora:

– Espera que ya te sacamos.

– Por favooooorrrrr, me da mieeeedooooo.

Oigo que la doña le dice al otro, es que es claustrofóbica (así entendía el porqué de mi numerito).

Da igual, sigo presionando el botón de la campanita. Pego gritos. Lloro.

El ascensor empieza a moverse. No sé si para arriba o para abajo, pero llega a una planta. Se abre la puerta y me encuentro a un tío que me mira con cara de mala uva como diciéndome «por el amor de Dios deja el desespero, ¡histérica!!». También hay otra persona pero nunca le llegué a ver la cara. Estaba en shock.

Salgo del ascensor. Llorando. La mano derecha me temblaba en plan Parkinson. El tío cierra la puerta y se baja a su casa. Despiadadamente. Sin decirme «pobrecita chica». Nada. Y yo me quedo ahí, bajando unos escalones porque no me iba a volver a subir a ese despiadado artefacto, pero me tengo que parar porque no puedo seguir. Lloro compulsivamente sintiendo mucha lástima de mí misma. Escucho abajo al tío diciéndole a la señora que ya está. Y todo el mundo entra en su casa.

Y yo ahí. SOLA. Autocompadeciéndome por la experiencia tan terrible que he pasado. Y sin nadie que me diga «ay, pobrecita de ti, con lo malo que son los ascensores. Poechita la reinita, como me dice papi, ven que te abrazo hasta que te calmes»… Y así seguí hasta que conseguí tranquilizarme un poco. Yo solita. Y salí del edificio, bajando las escaleras, of course. Y fue cuando me pregunté ¿no son ridículas las fobias?

¿Y ahora cómo carajo hago para subir la compra??

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29 comentarios en “El ascensor

  1. No he podido evitarlo, he estado sonriendo leyendo la anécdota del ascensor, pero creo que realmente se debe pasar fatal y no es histeria, es que las fobias son difícil de tratar.
    Como anécdota, es chistosa y graciosa. Si realmente te ha pasado, lo siento, habrás pasado un mal rato.

    • Hola Mer!! qué tal las minivacaciones???
      La anécdota pasó, es real, lo pasé muy mal… y como lo pasé tan mal decidí «exorcizar mis demonios» riéndome de mi fobia, porque cuando la miro en frío es realmente absurda.. pero las personas somos absurdas a veces no??
      Buenas noches!!

  2. Es radical y drástico pero yo te diría : Vuelve a subir al despidiado ascensor.Las fobias son, en esencia, irracionales pero se pueden controlar en muchos casos y creo, TD, que la racionalizas lo suficiente para hacerte con el control del tema.Si no, de tu claustrofobia general , si de la particular.La de tu ascensor ( el que te puede librar de dolores de espalda, sudores y carga de peso).
    Prueba a personificarlo.Te parecerá una tontería pero funciona.Puedes establecer una relación con el ascensor de dos tipos : 1) afectuosa ( lo tratas con cariño, le susurras que te deposite en la planta suavemente..) o 2) dominante ( directamente, lo insultas y amenazas). Desde el primer contacto ( mejor, sola) le hablas.Y, te subes y lo utilizas.Empieza con horarios en los que sabes que hay gente en el edificio y cuando estés más segura recuerda que no te podrías quedar aislada eternamente. Ademàs, tu teléfono móvil te conecta al mundo…A mí, me envias un mail y vengo a sacarte rápidamente.
    Pero…atácalo.Estoy segura que vencerás o convencerás al ascensor.
    Un abrazo, TD. Tú puedes!
    NB: no sé si me da más credibilidad que te diga que soy psicóloga…
    ; – )

    • Eres psicóloga??? y yo pensaba que eras decoradora de interiores!!! Y te llamas así…. no será Byp la versión lúdica de Pilar Jericó no???
      El tema del ascensor: me lo pensaré, consideraré tu consejo que está de más decir que es muy bueno. Pero por ahora ni muerta entro. Mi claustrofobia es rara: de niña la sufría bastante y no me subía en ascensores, cuando crecí lo superé y me subía, aunque jamás permitía que la gente que iba conmigo se moviera mucho o bailara; y tampoco me subía en ascensores excesivamente pequeños. Más o menos me pasaba lo mismo con los baños de los aviones, entro apuradito y sin pensarlo mucho. Desde hace más o menos un año me ha vuelto el miedo a los ascensores. Solo subo relativamente cómoda a los grandes, a este de la casa en la que vivo hay días que sí me siento con valor y subo, como ese día de San Juan, otros no, pero nunca lo abordo sin móvil ni en horas de madrugada por lo mismo que tú dices
      Y si entro y me vuelvo a quedar encerrada???
      Ya te contaré…..

      • No te fies de ella, maltrata tomates 😀 se los come crudos incluso¡¡¡ les planta, les mima y cuando los pobres tomatitos le cogen cariño va y se los zampa, oh oh oh.

      • A ver Dess: no te metas con Byp, si yo tuviese un minihuerto, también me lo comería con un gusto que ni te cuento. Un tomatio de esos en un pan payés de los que hay aquí… mmmmm se me hace la boca agua
        Yo también soy maltratatomates

  3. Decoradora de interiores! Qué bueno! Me gusta la decoración pero no me dedico profesionalmente, TD.
    Y, sí, soy psi.
    Abrazos
    NB : Lo dicho, si te quedas encerrada envíame un tweet y voy!!!!!
    NB 2 : Pilar Jericó?¿Quién es?

  4. Al igual que Bypils, te recomiendo el uso del ascensor. No hay mejor forma de vencer los miedos que enfrentándose a ellos. Por cierto, yo una vez me quedé «estancada» entre un piso 11 y 12. Llamé al botón de emergencia y de nada sirvió. Grité y finalmente un perro que me oyó comenzó a ladrar y los vecinos acabaron descubriéndome. Era muy joven y no recuerdo que pasara miedo. De hecho, vivía en un piso 14, así que al día siguiente o ese mismo día volví a coger el ascensor. Ya ni me acordaba de ello…

    • Bueno, como voy contestando con retraso, te cuento que anteayer hice la compra, y como no iba a subir 5 pisos con el carrito me decidí a subirlo y le hablé con ternura como me indicó Byp… salói airosa de la experiencia
      Sé que tengo que seguir practicando, pero también me estoy dejando tiempo, para no sentirme forzada
      Gracias! Un abrazo!

  5. Suelen ser ridículas, pero tan personales que es más ridículo tratarlas racionalmente, porque cada uno tiene las suyas…y se las trata de ingeniar. Recuerdo que una vez nos quedamos pillados, de pequeño, con mis padres…ay, que mal..aunque ahora, asta lo recuerdo con cariño..lo que hace el tiempo.

    Besos!! 🙂

  6. Yo, al igual de Byp te sugiero que subas al ascensor de nuevo, no pasa nada y aunque las fobias parezcan absurdas tienen una razón: el miedo que ni es lógico ni razonado así que si te asustaste y reaccionaste mejor que sufrir en silencio y si un vecino no lo comprende, que mire a otro lado; gilipollas!!! (dile de mi parte).

    Un besote, por cierto, fantásticas fotos de Figueres, ¿te gustó????

    • Jajaj qué guerrera eres! no se lo digo porque me dio mucha verguenza…
      En Figueres solo estuve unas horas porque iba a visitar a mi amigo bailarín (el del as fotos) en Roses, pero me gustó, lo malo es que no me dio tiempo entrar al museo, me queda pendiente eso porque me encantó por fuera y me encanta Dalí… de hecho, tengo pendiente varias visitas en Cataluña: el museo Picasso, San Pol de MAr, si me queires recomendar otra cosa dímelo 🙂
      Tú cómo estás??

  7. Yo no te recomiendo nada, porque no sé de fobias, yo se supone que tengo una, agorafobia, pero no sé muy bien en qué consiste, para mí que me dijeron que tenía eso por quitarme de la vista.

    Además, piensa que si subes y bajas andando se te va a poner un culo que ni la Jennifer López, yo viví 28 años sin ascensor y tampoco pasaba nada, claro, era un bajo :D, no, es broma, era un cuarto piso.

    Nada, si ves que tal me avisas y te subo a borricuchus, como a los niños, pero procura que no porque soy enclenque y sufro de ciática, es lo típico que dices para quedar bien pero sin esperar que se te pida nunca, como las promesas de los políticos en campaña electoral.

    Besos reina mía.

    • Jajajajajaj pero chico, si vas a ofrecerte solícitamente, aunque sea por quedar bien, disimula mijo
      Tienes agorafobia? por eso estás todo el día conectado en el ordenador??? 😉

      • No, lo parece, porque lo uso en los descansos de las tareas, pero no, en el curro sí claro, pero en casa con dos niñas y las tareas… pues no, no se puede.

        Lo del ofrecimiento cierto, no debía de haber matizado, pero hija, es que la última vez que me ofrecí en ese plan, «ya te llevo a casa cuando acabe el trabajo si eso» me tocó llevarle a dos minutos de mi casa, fíjate tú que salvajada.

  8. Por proponer que no quede: trata de centrarte en los 364 días del año que no falla. El pensamiento positivo tiene más importancia de la que parece, lo que sucede es que a menudo hacemos lo que los psicoterapeutas llaman ‘percepción selectiva’: fijarse sólo en algo porque estamos centrados en eso; en el caso de una embarazada, otras embarazadas; en tu caso, otras posibles averías del ascensor. Y eso no tiene porqué ocurrir.
    Y de hecho no te va a ocurrir, ¿a que no? 🙂

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