En casa

«El hogar está donde está el corazón». Me encanta esa frase, tiene que ver con lo que de verdad te conmueve y te hace sentir «en casa».

No sé si alguna vez he escrito que no me gusta mucho mi casa actual, la de Madrid. Es irónico porque la escogí yo, mi chico en ese momento estaba fuera, teníamos que mudarnos porque ya le habíamos avisado a nuestros caseros que nos íbamos y se nos echaba el tiempo encima. Fui a ver ese piso y me gustó al entrar; primero, quedaba junto al Retiro -requisito indispensable para vivir en Madrid según mi punto de vista-; segundo, era más grande que el anterior, con lo cual teníamos mucho más espacio; y el alquiler era un poquito más barato. No obstante si noté que no le entraba tanta luz como a la vivienda en la que vivíamos. Tampoco me pareció tan acentuado ese aspecto, era otoño e igual los días era nublados y ya habíamos vivido en un piso que era interior, con lo cual pensé que no tendría problemas de adaptación. Error. La casa resultó una cueva, no hay casi ruido, eso sí, excepto los vecinos de arriba y su dichosa niña, pero no sabes si hace buen o mal tiempo porque las ventanas dan a patios interiores bastante angostos.

El caso es que no me gusta la casa, al contrario de donde vivo en Barcelona, un bonito piso luminoso de techos altos. Me pasa entonces que cuando voy a Madrid no siento que llego a «mi» querida casa, ni tampoco pienso eso en Barcelona porque realmente no es mi casa sino una habitación alquilada, aunque me guste el piso.

Hace poco fui a Madrid y coincidió la fecha con las fiestas de la Paloma, ¡me encantan! para muchos españoles de mi edad es una fiesta un poco desconocida (mi chico nunca había ido hasta que lo llevé hace unos años), y más extraña les resulta la zona de la fiesta que me gusta a mí: la plaza de la Paja. Aproveché y fui con mi hermanito (Hermanito: bicharraco de 1.80, 32 años y medio calvo, pero mi hermanito) y por supuesto me lo llevé a la fulana plaza… es la zona de lo castizo, la gente vestida de chulapas y chulapos, los concursos de chotis y pasodobles, las limonadas, las exhibiciones de mantones y las representaciones de números de zarzuela. Me quedé pasmada con una pareja de uns 60 y pico que participaron en los pasodobles, él la desplazaba  con pasos cortos en direcciones rectas y luego colocaba una rodilla en el suelo para que ella girara alrededor con gracia y salero, él se levantaba y le hacía un gesto de caballero galante y ella respondía con ademanes graciosos mientras giraba… estaba tan absorta disfrutándolos que me acordé de tomar una foto para el blog cuando ya habían terminado. Al final quedaron de cuartos y todos los espectadores que estábamos en esa zona protestamos, ¡qué arte tenían!. Me acerqué a la señora bailarina y se lo comenté, creo que siempre hay que decir lo bonito que vemos en los demás cuando de verdad se piensa . Da buena vibra.

De ahí caminamos por toda la La Latina hasta Las Vistillas mientras íbamos tomando cervezas, al final nos dio hambre y nos fuimos a lo más «típico»: un restaurante de comida auténtica china junto a la salida del metro, de esos que te atienden a la hora que sea con tal de producir.

Después nos fuimos a dormir. Y allí sí que me sentí en casa, donde están mis afectos, donde está la gente que quiero, donde está el corazón.

12 comentarios en “En casa

  1. Hola TD,
    Viene a ser como la frase «El paraíso está en ti». Un hogar , no lo conforman cuatro paredes de cemento…El material es más sólido y tu le has puesto nombre : afecto.
    Lo mejor es ser «caracol»: llevas tu hogar, contigo… ; – )
    Abrazos.

  2. Concuerdo contigo, muchas veces he escuchado que tener una casa no es lo mismo que tener un hogar, hay gran diferencia y creo que la estableciste muy bien. Mi hogar actualmente no es tan grande como me gustaría, pero el calor y la paz que siento aquí no se compara con una mansión en el lugar más lujoso de Puerto Rico. Muy linda tu historia, que bueno es pasar tiempo con los que amamos!! Saludos!

  3. Si te gusta tu frase de inicio, te dejo otra parecida (aunque no tenga nada que ver con tu entrada): «Un hombre tiene la edad de la mujer a la que ama».

    Imagino que la chulapa de la foto es… tu hermanito. 😆

    Así que explicando lo de «desubicada»… Si me preguntas ahora mismo cuál es mi casa, tendría que pensarlo bastante. En eso coincidimos.

    Saludos.

    • Interesante frase Alan, nunca la había escuchado o leído.. será cierta??
      La niña no es mi hermanito, él tiene un poco más de pelo, aunque no tanto tampoco :b
      La verdad yo no tengo que pensarlo, lo que pasa es que a veces no coinciden el sitio geográfico con el sentimental, ahora mismo mi casa son mis mayores afectos y yo misma, no tengo una vivienda física que considere mi hogar puesto que la que tengo no me termina de convencer, y eso sí es una desubicación
      Un besito

  4. Sabes¡ Me gusto mucho tu relato, tus pensamientos. La descripción de tus sentimientos entre las dos ciudades…, seguro que es así “El hogar está donde está el corazón”.
    Es increíble como se nos incorpora todo lo que tú dices, quizás hasta en nuestra genética…
    De nuevo bonitas letras y ahora te conozco por la foto bellísima sonrisa¡
    Un beso para ti…
    C.

  5. He estado casi media hora buscando en internet palabras que me ayuden a comprender el por qué no quiero «mi casa»… Realmente me duele la cabeza y mi estómago se siente extraño cuando pienso que debo volver a esa «casa»…
    Hace más de un año que nos casamos… conocemos la famosa casa desde que la están construyendo… todo era alegría cuando íbamos a verla en sus avances… luego ansiosos estábamos para que la entregaran pronto… después la emoción de mudar los muebles, estirar las alformbras, colgar los cuadros… etc…. pero ya a estas alturas por alguna extraña razón que odio desconocer, tengo un enorme, pero enorme rechazo a esa casa, por más que trato de adaptarme no me gusta, no me gusta, no me gusta… a veces me da llanto porque es la casa donde elegimos vivir y tenemos todas nuestras cosas y donde comenzamos a vivir de cero con mi esposo y donde está creciendo nuestro primer hijo, pero es super díficil porque no quiero esa casa. A tal extremo han llegado mis sensaciones biológicas que me dan naúseas y mareos… a pesar de que tiene colores alegres, muevo los muebles de un lado para otro, abro y cierro cortinas, plantas por acá, plantas por allá… no hay caso… y tal como dicen tus palabras que vaya que son verdaderamente ciertas… «El hogar donde está el corazón»… espero pronto poder superar esto… porque realmente no quiero seguir sintiendo esto…

    • Hola Solange, bienvenida a mi espacio… siento lo que te pasa, me pongo en tu lugar y no debe ser fácil, pero también es muy raro.. no sé, prueba a darte una tregua con la casa y centrarte más en las experiencias bonitas que vives dentro de ella, quizás así cambies tu percepción…. te deseo mucha suerte en ello, y un abrazo!

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